Otra vez ahí, en aquel pueblo lleno de criaturas con poderes, asesinos, enfermos mentales, niñas abusadas y angeles terroríficos, obviamente no habían suficientes amenazas, necesitaban una nueva amenaza para los pobres e indefensos habitantes que solo buscaban la vida próspera que solían tener: Una vida llena de chicos guapos, locos años de juventud, lujos, picnics en el bosque, niños alegres jugando por los vecindarios y tranquilidad eterna, entre otras cosas mundanas.
Haru Kirishima, el nombre de la pobre chica, 15 años, sin ningún tipo de problemas, había sido una estudiante de interca